jueves, 28 de abril de 2011

El amor

Uno aprende de caídas, al menos es lo que quiere creerse, porque sin realmente aprendieramos de ellas, no volveríamos a enamorarnos nunca.
El amor siempre ha sido la mayor caida de todas, y aun teníendo todos los huesos y musculos rotos, volvemos a enamorarnos, nos curamos y volvemos a ver el lado más dulce de la vida.
Es increíble como algo tan fuerte, puede llegar a ser lo más maravilloso y lo más temido por todos.
Porque cuando te enamoras, todo, absolutamente todo, gira en torno a esa persona. Los besos son los mejores que has probado, aunque haya habido mejores, los abrazos los más cálidos e incluso las palabras...
Pero siempre es un prologo anunciando lo más amargo de la vida.

miércoles, 27 de abril de 2011

sueños

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que aquella chica parecía bailar sobre el viento. Se deslizaba sinuante sobre las ramas de los arboles más bajos pero más fuertes, era una atracción hipnotica.
- ¿Se puede saber que haces ahí subida a estas horas de la noche?

Ella siguió deslizandose hasta dejarse caer del arbol, se sentó a su lado en silencio y lo miró fijamente mientras sonreía.
-Calla, es tarde como para que hables tan alto, vas a despertarla - Dijo susurrando mientras apoyaba la cabeza en su hombro.
- ¿Tarde para despertar a quien?
- A la luna, esta noche duerme placentera mientrás el viento le susurra palabras de amor.
La miró son creerse lo que acababab de oir, ¿Estaba loca? Realmente no le importaba.
- ¿Quién eres?
Ella sonrió y le besó.
- Soy quién llevas esperando tanto tiempo, soy el motivo de tus lágrimas. Soy esa a la que en sueños llamas amor...

Le beso y antes de que él pudiera decir nada, volvió a subir entre las ramas, desapareciendo de su vista.
Él aun sueña con ella.
Cuando era pequeña, me gustaba pensar que los errores con el tiempo se acaban olvidando y solo queda el futuro que nos espera.
Lo cierto es que aun espero olvidar muchas cosas, pero con el tiempo me di cuenta de que esos errores, ese pasado doloroso, es el que nos hace ser quienes somos en el futuro, aprender de errores es dificil, casi tanto como tocar el piano o cocinar esos platos que los chefs más famosos sacan por televisión.
Si tengo que ser sincera, solo hay dos cosas que entiendo de la vida y de las que puedo considerarme una experta, y son: El amor y el desamor.
La primera de ellas, es un sentimiento, una sensación e incluso, un estilo de vida que la mayoría de la gente desea que sea permanente o simplemente, pasajero.
La segunda es un dolor, un sentimientos devastador que el resto prefiere evitar.
Lo cierto es que el segundo no existiría sin el primero, y los nuevos amores no existirían sin el segundo, por lo que debemos sufrir para encontrar al apropiado.
Que aunque se sienta morir, todos, absolutamente todos los que entran y salen de nuestra vida, solo hacen más llevadera la espera del indicado

A los que aman (buscando la pregunta a una respuesta que no conozco)

Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto. Pasé mi vida amando a una mujer que amaba a otro que no la amaba sino que amaba a otra de la que nunca supo si la correspondía. Era un tiempo en el que miraba al futuro con más esperanza que miedo.




¿Crees que el amor es una enfermedad incurable?

viernes, 15 de abril de 2011

El futuro

¿Alguna vez has sentido esa felicidad incandescente que te proporciona un abrazo? ¿Esa risa absurda que te causa un beso?
Si no lo has sentido, quizás es que no es, o no era el indicado.
Que no me refiero a la tipica persona que te gusta, hablo de esa con la que ves tu futuro, lo días de mañana.
Sé que pensarás que en esas cosas no se piensa a cierta edad pero, dejame decirte antes de que digas nada, que yo nunca pensé en casarme, ¡Ni muerta!, solía decir...
Siempre pensé que me cogería un piso con mis amigas y viviría allí hasta tener un novio con el que compartir mi propio piso, pero nunca casarme...
¿Y ahora? Cuando él se arrodilló aquella noche en el mirador y me pidio casarme, no pude decir que no...
Y ahora no imagino mis días sin él...

miércoles, 13 de abril de 2011

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Aquella noche sentía más que nunca su ausencia. Volvía a perderse por las calles, sin rumbo, sin un lugar fijo acabó en un parque que estaba completamente a oscuras, las farolas habían sido rotas y al mirarlas, rompió a llorar.
Recordó aquel día en aquel mismo parque, recordó la discursión y como consiguió volver a hacerla sonreir.
"- Vale... vamos a dejarlo por favor... no quiero seguir discutiendo... - Suspiró largamente mientas la miraba, estaba llorando.
- ...
- ¿Que quieres hacer? 
- ¿Por qué siempre tengo que ser yo la que elija que hacer? - Sonaba bastante fria aunque no era su intención.
- Muy bien... Hoy nos quedaremos aqui mirando las estrellas. Un plan romantico, ¿Verdad? - Sonrió como si se le hubiese ocurrido el mejor plan del mundo.
- ¿Estas loco? Desde aqui no se ven las estrellas, hay demasiadas farolas...
 Entonces cogió un par de piedras tan grandes como su puño y se lió a pedradas con cada farola hasta acabar a oscuras mientrás que ella le miraba como si se hubiese vuelto loco. Cuando terminó, se acercó a ella y la besó.
- Si tú quieres ver las estrellas dimelo, porque acabaré a pedradas con todas las farolas de la ciudad si es preciso, porque te quiero.
- Estas loco - dijo mientras sonreía y se acercaba para besarle.
- Si, estoy loco por ti, dime que quieres estrellas y vuelco el cielo entero esta noche solo para ti. "

Miró a las estrellas mientras lloraba, él nunca la dijo que un día sería una de ellas y la dejaría sola.

 

El amor

Una vez leí que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar.
Lo cierto es que no es así, al menos por mi parte. Yo he tenído que aprender a querer a alguien que no sabe lo que es estar en pareja, he tenido que enseñar día tras día lo que es tener a alguien que se preocupa por ti, que te quiere. A un hombre que en el amor, es como un niño de 5 años aprendiendo a montar en bicicleta.
He aprendido que no vale discutir ni pagarla con alguien que te quiere, he aprendido a que ya no soy una y que lo que a mi no me hace daño a él puede que si y viceversa. He aprendido a no guardarme secretos ni miedos, a desahogarme sabiendo que después de ello habrá unos brazos que me sostengan. He aprendido que me gusta deslizarme en sus sabanas sin dejar de temblar, que en los mejores recuerdos que tengo con él, tenía miedo.
Qué cuando te enamoras, da igual la experiencia que tengas en ese terreno, porque sentirás el mismo miedo y las mismas ansias que una niña de 6 años cuando estrena un vestido nuevo el día de su cumpleaños.

martes, 12 de abril de 2011

miedos

Aquella noche se volvió a despertar sobresaltada, otra pesadilla que se filtraba por su cerebro de manera inconsciente.
Las vacaciones de semana santa estaban por llegar y desde hacía varias noches soñaba con lo mismo.
Ellos dos siempre habían sido diferentes, quizás por eso desde que se conocieron supieron que debían estar juntos, eran la otra cara de la moneda, se amaban, pero cuando los amigos de él estaban en medio, ella se convertía en un ser invisible, un fantasma, y eso la atormentaba.
Soñó con las vacaciones de semana santa, con ellos de vacaciones y que él, se encontraba con una amiga y en días, ella se quedaba sola. Hasta que alguien la salvaba de la soledad.
Era un desconocido, pero la entendía.
Se despertaba cada noche sobresaltada, no quería a nadie, no necesitaba a nadie más, pero no se despertaba sin antes oir de su boca:

- Somos demasiado diferentes... Tú juega con tus amigos... que yo jugaré con los mios...

Y es que dicen, que cuando te obsesionas con ciertas cosas, acabas soñando con ellas y que lo mejor es pasarlas cuanto antes, para poder seguir viviendo...
Pero nadie sabe el miedo que tiene ella de verse sola otra vez...

lunes, 11 de abril de 2011

El poder de las palabras

Nadie realmente sabe cuan grande es el poder de las palabras, y si lo supieran, quizás entenderían porque ella se curó.
Paso demasiado tiempo entre la sombra de un amor que nunca debío empezar, tanto tiempo que se olvidó de ser ella misma, se olvido de reir de corazón y de sonreír sin motivo.
Hasta que apareció él, un desconocido que hablaba de palabras, de sentimientos, de recuerdos malos que albergaba en su corazón y lo más curioso, hablaba de él mismo, de no sentir absolutamente nada y de ser incapaz de enamorarse.
Lo bueno de hablar con un desconocido, es que puede hacer dos cosas: Inventarte la historia de tu vida, o desahogarte hablando de la verdadera.
Ella elegió la segunda opción, se desahogó y descubrió, lo bien que se siente una cuando suelta todo lo que lleva dentro para seguir viviendo...
Nadie entendió como se había enamorado un chico sin sentimientos y ella, no entendian como se habian enamorado sin verse, solo con palabras, incluso intentaron oponerse...
Decían que al verse se darían cuenta de que no eran lo que esperaban, y que quizás ahí acabaría todo, pero cuando se vieron, supieron que eso no había hecho más que empezar...
Por que ya se sabe... hay veces que una bala perdida encuentra un corazón dónde quedarse.

domingo, 10 de abril de 2011

Perdida

Ella siempre miró con miedo a las demás mujeres cuando se acercaban a él, aunque fueran simples amigas o incluso aunque esas mujeres tuviesen parejas.
Si, quizás tuviese un miedo atroz y eso la hacía ponerse celosa en cualquier situcación, sentirse mal e incluso pagarla con él.
Siempre la decían que cuando dos personas se quieren, tienen que confiar el uno en el otro porque si no hay confianza, no hay nada.
Pero ella confiaba en él, en quién no confiaba, era en ella misma. Se pasó la vida sabiendo que tenía que hacer para ser la mejor hija y tener a sus padres felices, para ser la mejor estudiante y que sus profesores la adoraran, la mejor hermana y que sus hermanos la quisieran, incluso la mejor novia para conseguir el amor de cualquier hombre... Y ahora, la tocaba ser la chica perfecta para el chico perfecto.
Y por una vez, se sentía perdida.

un beso...

Aquella noche la luz de las farolas de la calle entraban por la ventana e iluminaban la habitación mientrás ella dormía. Estaba más hermosa que nunca y él no podía dejar de mirarla. Miles de pensamientos pasaron por su cabeza en ese momento, ¿Qué estaría soñando?, ¿Sería tan feliz como él?. Se habían pasado la noche paseando por la playa y hablando de de ellos mismos, se había contado secretos, confesiones, y momentos embarazosos que había experimentado hasta que finalmente, habían acabado sentados en la playa mirando la luna, en silencio, y finalmente, un beso.
Había sido ella quién le había besado, y es que desde que empezaron a salir, él nunca se había atrevido a ser el primero en besarla por miedo a que se desvaneciera en la nada. La veía tan frágil, tan perfecta, que pensaba que el simple roce de un ser tan imperfecto como él, la haría romperse en añicos, pero esa noche ella le había encarado:

- Miguel, que no me voy a romper, ni me voy a desvanecer, ni me voy a ir a ninguna parte. Que siempre me gustaron los chicos atrevidos y no que tengo que hacerlo yo todo primero.

- Jo, es que... me da vergüenza...

Ella se había levantado para irse después de un largo suspiro, pero él se levantó de golpe y la besó. Fue un beso algo torpe y nervioso, pero así era él, torpe en los asuntos del amor...